Qué es Prozaicamente?

Ficción basada en hechos reales o realidad basada en hechos ficticios. En todo caso, una parte de mi historia "prozaicamente" narrada.

martes, 27 de enero de 2015

La letra con sangre entra



Sentada junto al fuego, escucho una canción que para mí es mágica: Gabriel’s message, de Sting. Y pienso en cómo retomar el hilo de esta historia después de tantos meses de silencio.

No estaba muerta, que estaba de parranda…

Una frase que he hecho mía a fuerza de repetirla… Y en los últimos meses de mi vida la he repetido demasiado.

Conocí una vez a una señora que decía “No puedes hacer cuentas, que luego te salen collares.” 

Pues algo así es lo que me ha ocurrido a mí desde que empecé este blog. Lo tenía todo muy claro y muy bien organizado, y un buen día me descuidé, bajé la guardia y me dejé encandilar por un tontolaba-buenopaná-impedido emocional que me despistó porque venía disfrazado de hombre de verdad, después lo confundí con un dominador, y al final resultó que no era otra cosa que… Un pobre nene de mamá. Porque no vayáis a creer, son dos tipologías que en absoluto son excluyentes. Doy fe. 

Aún estoy cabreada conmigo misma por no haberle identificado a la primera, y por haberme prestado a su juego durante casi tres meses… Tres meses de mi vida!

De ahí mi silencio aquí en el blog. Cuando me di cuenta de que estaba metida en una historia tóxica, me resultaba imposible escribir porque no tenía sentido disertar aquí sobre mis experiencias cuando me estaba saltando a la torera lo aprendido. Pero qué lista! Y es que no se debe nunca escupir al techo, porque siempre termina cayéndote el escupitajo en el ojo…

Pero lo importante es que pasé página, y las enseñanzas que he sacado de este encontronazo (Porque las relaciones buenas nacen de encuentros, y las chungas de encontronazos) son muy valiosas. Algunos aprendemos a hostia limpia, qué le vamos a hacer. O dicho de forma menos ordinaria: La letra con sangre entra.

La primera enseñanza: He aprendido a identificar más rápidamente que antes a los hombres indeseables. En mi anterior relación tardé siete años en darme cuenta de que el pobre tenía la inteligencia justita para pasar el día (En la actualidad y dado que sus neuronas envejecen a un ritmo alarmante, creo que cada día hacia las seis de la tarde se transforma en ameba)

La segunda: Puedo permitirme sentir y no morir en el intento. He aprendido a reservarme un espacio bastante amplio, tipo duplex, en mi corazón, donde no cabe nada más que yo misma y las certezas inamovibles de mi vida. Si aprendes a tener ese espacio debidamente protegido, no importa que algún especimen digno de estudio se acerque hasta la valla. Basta tener la escopeta cargada para llenarle el culo de perdigones si te das cuenta de que es un gilipollas.

La tercera: Cuando dejas de tener tu mente y tu tiempo ocupados en alguien que no lo merece, abres la puerta a la posibilidad de que se produzcan lo que yo llamo encuentros en la tercera fase… Y debo decir, queridos y queridas, que he tenido uno de esos encuentros y no quiero cantar victoria porque aún es pronto, muy pronto, pero a veces siento la necesidad imperiosa de gritarle al mundo que he conocido a un hombre increíble. El tiempo dirá a dónde nos lleva esta historia, también nos dirá si ambos seguimos encontrándonos mutuamente increíbles cuando pase esa fase inicial en la que hasta los estornudos del otro nos parecen mágicos… De momento sólo sé que estoy en una nube y que pienso disfrutar del viaje todo lo que pueda.


Dicho esto, por hoy me despido y sigo preparando el siguiente capítulo: El dominador. Próximamente en sus pantallas.